jueves, 2 de febrero de 2012

Jugando al juego de Fidel. (*)

Algunos países, al igual que Guatemala, se prestan al juego de Fidel Castro y venden la imagen de una Cuba donde: “la salud y la educación son las mejores”. Y yo ciertamente lo creía de esa forma, hasta que tuve la oportunidad de viajar a la isla y conocer la Cuba real, aquella que no todos los turistas llegan a conocer, aquella donde hay más pobres, menos libertad, más miseria y menos oportunidades de lo que se cuenta en el extranjero.

Los más de 12 millones de cubanos tienen acceso a una educación que una vez adquirida resulta inútil, ya que no existe la posibilidad de utilizarla en una sociedad totalmente estática y donde se le niegan oportunidades a toda iniciativa particular. Igualmente los cubanos tienen acceso al servicio de salud pública, pero el cubano promedio debe conformarse con hospitales y clínicas dilapidadas, caracterizadas por su equipamiento médico obsoleto y sus farmacias vacías. Dichos servicios se vuelven aun más mediocres a consecuencia de que el único incentivo que tienen los maestros y médicos es un sueldo miserable que apenas les permite vivir, convirtiéndose en verdaderas víctimas de la explotación del propio gobierno. La única recompensa que tienen los que viven esta crueldad, es la de saber que eventualmente Cuba no será igual que ayer o que hoy, y que ya no habrá nada estático.

¿Será entonces que la totalidad de los cubanos es pobre? En absoluto, los súbditos del régimen Castrista reciben infinidad de privilegios tales como servicios de salud de primera clase, estudios en el extranjero para sus hijos, el disfrute de comidas y bebidas importadas en lujosos hoteles y habanos de cien dólares para sobrellevar mejor el estrés de la “revolución”.

El pueblo cubano es un pueblo enérgico con fuertes ansias de liberación. Lo paradójico de toda esta situación es que en las calles las proclamas contienen frases revolucionarias que se repiten a cada paso, del tipo: “Patria o muerte”, “Este país no podrá ser sometido”, o “Vamos bien”, poblando los espacios más visibles de carreteras, calles y edificios, y recordando al Cubano a cada instante el temor reverencial que debe sentir.

Cuba es, palabras más palabras menos, una de las mayores cárceles del mundo, donde se violan diariamente los derechos humanos, democráticos y ciudadanos. Y todo esto a sabiendas de que no existe mayor transgresión en contra de un ser humano que el embargo de sus libertades.

Lo que más me impactó de la Isla fue el alto índice de cubanos que se prostituyen ante la necesidad de procurar un sustento a sus familias. La enorme cantidad de mujeres, hombres y jóvenes en general, que alquilan el único bien material que al régimen le queda difícil expropiar: su cuerpo. Es una fantasía de los extranjeros afirmar que una jinetera se va con alguien por un par de pantimedias o un pintalabios. Tuve la oportunidad de conversar con una de ellas y me comentó que últimamente llegan a cobrar hasta 100 dólares americanos por servicio, el equivalente a 2.300 pesos cubanos, el sueldo de 10 meses de un maestro en Cuba.

Dejemos de jugar al juego de Fidel, y evidenciemos la realidad en la que se encuentra sumergido el pueblo Cubano, dejemos de ser turistas que se aprovechan de la necesidad de las personas de este país, contribuyamos llevando esperanza y haciéndoles saber que no están solos y que aunque lejos, hay muchas personas que los queremos ver libres.


(*) Carolina Rodríguez de León, Movimiento Cívico Nacional en Guatemala.

Fuente: HACER


    

1 comentario:

  1. EXCELENTE COMENTARIO,GRACIAS CAROLINA POR SER PARTE DEL SUFRIMIENTO DEL PUEBLO CUBANO.MIL GRACIAS Y ALGÚN DÍA PODREMOS VER UNA CUBA LIBRE DE TIRANOSAURIOS COMO LOS QUE NOS HAN SUMIDO EN LA POBREZA.

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