sábado, 2 de julio de 2011

La Mentira ha terminado. (*)

Los rumores siempre fueron ciertos: el pasilleo no hace más que confirmar el chisme que rueda llevando alguna pizca de verdad.

Chávez lo ha confirmado: el líder de la revolución neocomunista está gravemente enfermo. Lo hizo a través de un comunicado, el que probablemente haya sido escrito por algún funcionario castrista y supervisado por el retirado Castro en persona: el cubano siempre supo lo inconveniente que resulta Chávez hablando o exponiéndose en demasía. El alumno no ha podido superar a su maestro en este caso.

Como un hijo abatido, corre a los brazos de su padre; así mismo hizo Chávez con quien lo gestó, crió y usufructuó su verborragia y su capacidad de daño en haras del “proyecto bolivariano”.

Es el mismo Castro, que como padre espiritual, le informa de su padecimiento; sabiendo que el venezolano es capaz de inmolarse inclusive por quien es su admirado padre político y su socialismo del siglo XXI.

Fidel sabe que la revolución en Latinoamérica está enferma y en estado terminal. Para oxigenarla, nada mejor que los errores de esa enfermedad queden en cabeza del propio Chávez, solo así será posible drenar el absceso que comienza a notarse. Sólo así será posible disfrazarla como democrática para el futuro; algo que por el momento parece imposible.

La segunda intentona castrista de exportación de regímenes comunistas a Latinoamérica, utilizando para esto un canciller amateur termina donde empezó .

De manera reverencial, Chávez agradece a Fidel las atenciones recibidas por su salud; en el fondo sabe que sin el cubano su destino político ni siquiera hubiera existido; para Castro será uno más con quien habrá intentando implantar el comunismo en América.
En el mismo discurso de ayer, y refiriéndose a su enfermedad, daba cuenta de lo que hoy es el resultado de ese intento mesiánico neocomunista: ”Se trató de una intervención mayor, realizada sin complicaciones” y ”ha sido un proceso lento de aproximación y diagnóstico, de avances y descubrimientos a lo largo de varias etapas en las cuales se ha ido utilizando un riguroso procedimiento científico”.

Nada más cercano a la realidad que viven los países gobernados por el Foro de Sao Paulo: todos se han legitimado por los votos a través de procesos lentos y precisos, y sin dudas, sin mayores complicaciones por parte de los opositores.

Chávez no deja sucesor, su gobierno personalista no le ha permitido generar ni siquiera cuadros políticos convocantes. Sólo deja víctimas en su despliegue de odio y miseria y a un electorado que necesitará de su presencia mediática para no olvidarlo.

Tal vez en Venezuela ya haya reemplazante para Chávez, y tal vez Castro tenga en ciernes, el reemplazante que lidere el ya hoy fracasado “socialismo del siglo XII”, maquillado en concordancia con las nuevas reformas cubanas.

Ambos saben que su camino de destrucción está finalizado y que, sin dudas, ha fracasado otra vez.

ESTA REVOLUCIÓN HA TERMINADO.



(*) Por Viviana Padelin


    

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